El arquetipo de la vida y de la muerte
- Juan Hakspiel
- 7 oct 2021
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 18 feb

El interés y finalidad de este escrito es poder exponer una serie de pensamientos que muchas veces no se tiene en cuenta con respecto al concepto de la vida y de la muerte como símbolo. Por eso, como arquetipo es algo netamente amplio e interesante en todas sus variantes y no me parece que se deba reducirlo a tan solo un sentido tan literal, como dos palabras que reprimimos mucho en contenido y significado.
De ahí, la problemática en la comprensión de estas ideas, porque estas generan una serie de percepciones y valores basados en la interpretación. Es decir, que cada individuo lo interpreta como puede o simplemente a su manera. Por consiguiente, es por esa misma gran extensión por la que es también discriminada, ya que por la aparentemente división entre la psicología y el misticismo, genera un cierto aire de desconfianza y a lo mejor miedo, de un proceso natural y que esta tan inmerso de nuestra diaria realidad. Sin embargo, esto lo podemos encontrar en diferentes áreas del conocimiento y en los mismos mitos, porque al ser un proceso natural, muchas cosas se nos pasan por alto. Ante esto cito una frase de Carl Jung que tiene que ver con este aspecto: “Lo que no se hace consciente se manifiesta en nuestras vidas como destino” pero ahí es donde uno se pregunta entonces, la vida y la muerte ¿Es realmente un ciclo de la existencia? ¿Una lectura romántica? O ¿es tan solo un proceso mental? Ante esto, no queda otra que adentrarnos en la temática de arquetipo de la vida y de la muerte.
Acerca de la polaridad del arquetipo de la vida y de la muerte
Nos encontramos inmersos en un interesante dilema. En sentido que si nos preguntáramos ¿Que es la vida? y ¿Que es la muerte?. Obviamente, no terminaríamos nunca y solo abarcaríamos una pequeña parte desde la experiencia vital que cada uno haya vivido; porque si lo miramos con literalidad, son dos palabras tan sencillas, y las utilizamos a diario pero que muchas veces obviamos su contenido, como un gran tesoro de significados. Además de una serie de fenómenos y hechos que en su mayoría no se tiene ni la menor idea. Por eso es que pocas veces, siquiera uno reflexiona y no termina de caer en cuenta de la amplitud estas dos palabras.
En el pasado de los pocos filósofos antiguos que se dieron a esta tarea de dejar algo de este conocimiento de la polaridad: vida y muerte. Incluso, una propuesta de comprensión acerca del significado de este proceso psicológico y la necesidad de expresar equilibrio.
La propuesta de la enantiodromía de Heráclito, nos permite exponer la idea de que existe un imperativo categórico o espíritu rector de la psique, que organiza y se estructura generando una compensación:
"Cuando estamos vivos, nuestras almas están muertas, y enterradas en nosotros, pero cuando estamos muertos, nuestras almas vuelven a la vida". (Confort, Pág. 81).
Entonces, vemos que la riqueza simbólica, es cuando partimos de un proceso de transformación y unidad, donde el rol más importante es el de un desarrollo psíquico y un porvenir físico que es innatamente común a todos los seres humanos como un proceso energético. Es decir, un modelo de totalidad exponiendo el paso a paso:
"De vida nace muerte, de muerte vida, de juventud vejez, de vejez juventud, de vigilia sueño y de sueño vigilia, la corriente del engendrar y el perecer no se detiene nunca". (Zeller, Pág. 456).
Por eso, es pertinente saber que el arquetipo mantiene un carácter de unidad, como el símbolo de la totalidad en donde se regiría como un símbolo estructurante de la integración de los contenidos psicológicos. Sin embargo, al hablar de totalidad me estaría adentrando en cierta complejidad del abarcar el “todo”.Pero, para dar una idea más concreta podemos sintetizar está problemática del ciclo vital y sus fases, a modo de ver la vida como un proceso energético, entre el paso de la niñez hasta la vejez, exponiendo el modelo de totalidad en un ciclo de las fases solares. Es decir, el recorrido de las estaciones y como antiguamente se expresaban los equinoccios en su curso diario: nacimiento, mañana, tarde y ocaso. Pero en este caso, sería un proceso circular desde un referente al despliegue de la vida psíquica comenzando con el nacimiento, la muerte y nuevamente un renacer. Ante esto, Gerhard Adler dice:
“Toda la naturaleza descansa sobre un doble principio el de crecimiento y descomposición.La descomposición sin embargo no es un sinónimo de destrucción sin oque implica más bien la transformación en un nuevo crecimiento. La descomposición no significa una muerte completa, sino una disolución de la estructura actual como algo preliminar a un renacimiento bajo otra forma”. (Adler, Pág 138).
Por lo tanto, la polaridad del arquetipo esta en una constante elaboración y re-elaboración simbólica ante los sucesos que la existencia nos impone, con la finalidad de formar y transformar cambios de actitud y personalidad. De manera que son varios los procesos a llevar a contemplar, porque uno entra dentro de lo existencial, es decir con la fascinación por lo nuevo y el desapego de lo que ya murió o que ya no sirve más, para prepararnos a la última función con respecto a la muerte física. Una realidad muy concreta tal cual la sentencia: “Del polvo vienes y en polvo te convertirás”.
La importancia de este saber, en cuanto a reflexionar lo que es de significación vital en este proceso de identificar las expresiones del arquetipo de la vida y de la muerte. Porque nuevamente el problema se da entorno a las diferencias entre las concepciones y percepciones de una persona y otra. Es decir, que lo que le pueda parecer a una persona benéfico a otra le puede maléfica o viceversa. Por lo tanto, lo que se debe hacer es replantear los supuestos de los concepto y mirar sus bases, en otras palabras el conocer el contexto, no es que solucione el problema pero por lo menos así tener herramientas con las cuales poder hacer frente a las demandas de los símbolos. Y sobretodo estar atento a lo que quiere decir el símbolo o por lo menos bajo en que contexto esta . Ante esto quisiera mostrar esta idea con una interesante Relato Zen:
"Cierta mañana, Buda estaba reunido con sus discípulos cuando un hombrese aproximó:-¿Existe Dios?- preguntó:-Existe- respondió Buda.Después del almuerzo, se acercó otro hombre:-Existe Dios?- quiso saber.-No, no existe-dijo Buda. Al atardecer un tercer hombre hizo la misma pregunta:-Existe Dios?-Tendrás que decidirlo tú- respondió Buda. En cuanto el hombre se fue, un discípulo comento indignado:-Maestro, ¡Qué absurdo! ¿Cómo es que das respuestas diferentes para la misma pregunta?-Porque son personas diferentes y cada una llegará a Dios por su propio camino. El primero tendrá fe en mi palabra. El segundo hará todo lo posible para probar que estoy equivocado. Y el tercero sólo cree en aquello que es capaz de escoger por sí mismo".
De manera que lo importante es identificar, y poder amplificar algunos contenidos que están inmersos a la categoría y polaridad del arquetipo de la vida y la muerte, independientemente de la edad o ciclo que se encuentre se pueda hallar ese punto de irrupción que a veces las vivencias existenciales generan, experiencias en un sentido privilegiado para la persona que lo experimenta. Pero, como no es una situación probatoria y los que no se han o habían dado cuenta de la importancia de contemplar esta polaridad, es que cuando sé esta en la ceguera del materialismo y el positivismo científico, así los pensamientos dogmáticos sobresalen ante la negación de este fenómeno que está en nuestra vida e incluso en nuestros últimos días.
Para Joseph Campbell, el mito como precepto fue desacreditado a partir del desarrollo de la ciencia:
"El hombre moderno no se guió más por el mito para interpretar y representar todas aquellas fuentes profundas de toda su existencia porque el pensamiento científico suplió al pensamiento primitivo". (Campbell, Pág. 144).
Por ende, al no dar un sentido a los símbolos de manera contemplativa, es que se fue perdiendo ese conocimiento vital a tal punto que la tecnología y la ciencia se transformaron en los nuevos preceptos de adquirir conocimiento, pero a veces por ignorancia es simplemente algo propiamente de la transformación o evolución de los tiempos. Y no está por demás advertir, que más que recetas o ideas se promueva la reflexión porque más allá de todo estamos hablando de la vivencia, del ser y la idea del arquetipo de la vida y la muerte como un proceso importante y de gran responsabilidad en cuanto pensamos, sentimos, decimos y hacemos con nuestra existencia.
Bibliografía para aquellos que quieren profundizar:
Adler. G. (1966) El ego y el ciclo de vida G.P Putmam´s Sons, New York
Campbell, J. (1959) El héroe de las mil caras. psicoanálisis del mito. Fondo de cultura económica. México
Cornford, M.F (1923) Greek religious thought, From Homer to age of alexander. Londres
Zeller, E . (1856) Die Philosophie der Griechen. Tübingen
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